(L:Lola , Z:Zoe)
Z: mami me comprás uno de esos?
L: no
Z: mami me comprás uno de aquellos?
L: no
Z: mami me comprás uno de estos?
L: no
Z: mami me comprás, me comprás, me comprás?
L: Zoe, tranquilizate.
Señora Enferma (a quien ni siquiera habíamos tocado): La que te tenés que tranquilizar sos vos! Y mirá por dónde caminás!
L: ...
Z: qué le pasa a la señora?
L: está loca.
L: disculpame, me podés cobrar primero a mí? Porque yo vine cuando vos no estabas en la caja y la chica ya me dio la coca, y me dijo que pasara después para que me cobraras.
Cajera: sí, son dos con noventa.
Señora que se me quería colar descaradamente en la fila del patiecito de comidas: ah bueno.
Marido de dicha señora (haciéndose el sarcástico, al aire): porque hay tanta gente en la fila...
Señora: ja.
L: ...
Marido (a su señora): así está el país.
Señora (indignada): claro.
L: no, señora, no se haga la idiota. Usted sabe que yo no me colé.
Señor: pero no había mucha gente en la fila.
L: eso, señor, no tiene nada que ver. Usted también lo sabe.
Señor: pero!
L: Y no me heche la culpa del país y ni de ninguna otra cosa que le ande preocupando porque le informo que yo no pienso hacerme cargo de su infelicidad, ni de la de ninguna otra persona. Cajera: diez centavos su vuelto.
L: muchas gracias. Señor, ser viejo no lo hace inimputable
Lola Copacaban Diarios de una joven no tan formal . Pagina 256 y 257.
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